sábado, 8 de enero de 2011

RINKEBY: UN EJEMPLO DE INTERCULTURALISMO

Como es bien sabido, Vargas Llosa viajó recientemente a Estocolmo para recoger el premio Nobel de Literatura. En esta ciudad visitó una escuela de un barrio marginal
llamado Rinkeby. En la escuela, nos cuenta Vargas Llosa, conviven alumnos de más de cien países y se hablan 19 lenguas. Después de leer su artículo he llegado a la conclusión de que el interculturalismo es posible. Os hago, como es habitual, un resumen.
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Si usted visita Estocolmo, le aconsejo que… visite un modesto barrio del Sur de la ciudad llamado Rinkeby. La inmensa mayoría de sus pobladores son familias inmigrantes y, me dicen, se trata de uno de los distritos más pobres del país…
Lo importante de conocer en Rinkeby es el colegio público, una institución que es un espejo público de lo que debería ser la sociedad humana, el mundo entero… Hay en este colegio chicos y chicas que hablan 19 idiomas distintos y proceden de un centenar de países diferentes. Todos conocen el sueco y el inglés, pero no han perdido su lengua materna porque el colegio se las ha arreglado para que todos reciban, cuando menos una hora por semana, clases en el idioma que hablan en casa y hablaron sus ancestros. El director del colegio, Börje Ehrstrand está convencido de que la integración de estos niños a la cultura y a los usos de Suecia es más fácil no si rechazan, sino reivindican y se sienten orgullosos de su origen. La filosofía que impregna la escuela de Rinkeby cabe en una palabra: tolerancia.
…Me dieron la bienvenida 19 niños y niñas, cada uno en un idioma distinto. Todos ellos constituían un verdadero abanico de las razas, las tradiciones, las religiones y las culturas del mundo. Había jovencitas escandinavas en minifalda junto a muchachas veladas del Yemen, árabes norafricanos entreverados con turcos, chilenos y chinos, atuendos extravagantes y formales. Comenzaron la función cantando canciones nórdicas relacionadas con la Navidad.
… Ni el barrio ni la escuela de Rinkeby fueron hace 20 años la sombra de lo que son ahora. La violencia reinaba en el lugar y las fotos de la época muestran que las aulas, patios y pasillos escolares eran un monumento a la suciedad y al desorden, en tanto que el rendimiento escolar era el más bajo del país. Fue en estas condiciones en que uno de los profesores, Börje Ehrstrand, asumió la dirección. Las reformas que introdujo fueron discutidas con los padres de familia, a los que, a partir de entonces, se les dio una participación intensa y constante en todas las actividades escolares, incluidas las didácticas. Ellos mismos y los alumnos aseguraron a partir de entonces la limpieza del local, haciendo trabajo voluntario.
… Algunos se adaptan con facilidad; los que no, tienen cursos especiales, a los que asisten los padres, asesorados por los dos psicólogos que forman parte del plantel. Generalmente, a partir del tercer año la comunicación y los intercambios son fluidos y se puede hablar de una integración en la diversidad, porque los denominadores comunes –el idioma y la aceptación del “otro”- ya forman parte de la personalidad del alumno.
La escuela de Rinkeby no solo es notable porque en ella coexistan niños y niñas de todo el espectro cultural; también porque desde hace tres años sus alumnos figuran en el palmarés del concurso nacional de matemáticas y por los excelentes logros académicos del promedio… Hace poco, la Comunidad Europea la premió como la institución que más éxito ha tenido en la prevención de la delincuencia juvenil.
… No es de extrañar que, al revés de lo que se suele creer, que la escuela no es más que un reflejo de aquello que ocurre en la vecindad, en este caso la formidable transformación del colegio del barrio haya tenido un efecto saludable en la comunidad que lo rodea, atenuando la violencia, las disputas étnicas y religiosas, la criminalidad.
… Por eso, lo que ha conseguido el colegio de Rikemby es tan importante y debería servir de modelo a todos los países que reciben grandes contingentes de inmigrantes y quieren evitarse los problemas que resultan de la marginación y discriminación de que estos suelen ser víctimas. Hay que empezar con los niños. Que estos aprendan a convivir con quienes tienen hablas, pieles, dioses, costumbres distintas, y que, conviviendo, vayan desprendiéndose, como de un residuo inútil, en sus propias culturas, de todo aquello que dificulta o impide la coexistencia con los otros, es la más segura manera de conseguir que más tarde, cuando sean ya hombres y mujeres, puedan vivir en paz en esa diversidad étnica y lingüística, que, nos guste o no, será el rasgo primordial del mundo cuyos umbrales ya pisamos.
Diario “El País”. (de reciente publicación)

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