jueves, 5 de febrero de 2009

También cambian los hombres

En los documentos anteriores a éste se ha hecho referencia a la forma de ser del hombre y la mujer. En esta información que encontré a través de internet se habla del nuevo hombre. Si os dais cuenta, al igual que la mujer se ha ido masculinizando el hombre se ha ido feminizando. Por supuesto lo digo con respecto a los roles tradicionales.

Viernes 9 de Enero de 2009
Información General
TENDENCIAS EMERGENTES
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El hombre del siglo XXI cuida a los hijos y se anima a llorar
Hace tres décadas hubiera resultado impensable ver a un padre tucumano cambiarle los pañales al bebé. La salida de la mujer al mercado laboral.

El escritor Sinay propone dejar de lado lo que él ha dado en definir como masculinidad tóxica .
Sentado en un bar céntrico, José Luis Raya (30) ensaya mil y una muecas para robarle una sonrisa a su pequeño hijo José Ignacio, de tres meses. “Cuido a Nacho desde que nació, así su mamá puede ir a trabajar, salir a tomar algo con sus amigas o ir de compras”, contó Raya. Este padre primerizo también cambia pañales y deleita a sus familiares y amigos con sabrosas paellas. Pero reconoce que no se anima a limpiar el desastre que deja después de cocinar.Los hombres tucumanos van cambiando lentamente sus hábitos machistas. El ámbito familiar, que antes era terreno exclusivo de las mujeres empieza a ser prioridad para los varones.Tareas hogareñas tales como cocinar, lavar y planchar la ropa, asistir a reuniones del colegio de los hijos, cuidarlos o llevarlos al médico son tan sólo algunas de las actividades en las que la nueva masculinidad se manifiesta. “No se trata de imitar a las mujeres, sino de hacerlo a su manera, sin resignar a sus características varoniles”, señaló Amelia del Sueldo Padilla, sexóloga.
Cambio de roles“Esta tendencia muestra que los hombres han dejado de ser sólo proveedores económicos de la familia para cumplir un rol mucho más activo, sensible a las necesidades del hogar. Esto se debe a la mayor participación de la mujer en el ámbito laboral, lo que obligó a las parejas a dividir las tareas de la casa”, aseguró Manuel Andújar, psicoanalista.Hasta hace poco tiempo era sinónimo de debilidad ver a un hombre demostrar sus sentimientos o emociones. Ser fuerte y duro ante todo tipo de situaciones era una requisito impuesto para ser “macho”. En su libro “La masculinidad tóxica”, Sergio Sinay, especialista en vínculos humanos, desmitifica este paradigma y describe un modelo masculino tóxico que domina en la política, en los negocios, en el deporte, en los vínculos humanos y en las relaciones familiares. “El hombre debe salir de ese viejo rol machista que cree que todo lo puede. Esto no lo deja crecer y contamina tanto su vida como la de los que tiene alrededor”, explicó Sinay, en una entrevista con LA GACETA.Pero en la actualidad el varón se permite cada vez más mostrar lo que siente, compartir más tiempo con sus hijos y hasta disfrutar de una conversación con un amigo o con su pareja tanto como si estuviera viendo la final de un mundial de fútbol con una cerveza en mano. Mostrar el lado más sensible también tiene sus ventajas a la hora de seducir. “Cocinar es más que una simple tarea hogareña, es una poderosa arma de seducción”, comentó Martín Westphal, amante del arte culinario. Los especialistas aseguran que las mujeres sienten mayor atracción por aquellos que son capaces de desarrollar actividades que antes eran impensadas para los varones. “Que mi novio me cocine o verlo cuidar a su sobrina me da mucha ternura, me fascina”, contó Agostina Palacios, de 25 años.
Mucho machoMuchos hombres del siglo XXI son capaces de entender a su compañera, interesándose por sus gustos y preferencias, buscando estabilidad y plenitud emocional en la pareja más allá del placer.Sinay criticó a quienes creen que un hombre se mide por su rendimiento sexual. “No podemos pasar la vida haciendo demostraciones sexuales. Hay que aprender a mostrar lo que verdaderamente somos y lo que podemos dar”, sentenció el autor. Los hombres también le dan un espacio privilegiado a la salud. Se realizan controles médicos periódicos, se cuidan en las comidas, van al gimnasio, consumen productos cosméticos y hasta se animan a pasar por el quirófano para mejorar su estética.Los expertos coinciden en que este cambio de actitud se da con fuerza en varones jóvenes, especialmente de entre 25 y 40 años. Pero como todo proceso es paulatino: “No se puede hablar de un cambio general”, aseveró Sinay. “Es un proceso lento, que cada hombre debe transitar. “No todos tienen el valor para hacer aquellas cosas que antes estaban prohibidas socialemente para un hombre”, explicó el profesional. Además, advirtió que en gran medida es tarea de las mujeres facilitarles la inserción a los hombres en este nuevo mundo.
El hombre del siglo XXI cuida a los hijos y se anima a llorar
Hace tres décadas hubiera resultado impensable ver a un padre tucumano cambiarle los pañales al bebé. La salida de la mujer al mercado laboral.

El escritor Sinay propone dejar de lado lo que él ha dado en definir como masculinidad tóxica .
Sentado en un bar céntrico, José Luis Raya (30) ensaya mil y una muecas para robarle una sonrisa a su pequeño hijo José Ignacio, de tres meses. “Cuido a Nacho desde que nació, así su mamá puede ir a trabajar, salir a tomar algo con sus amigas o ir de compras”, contó Raya. Este padre primerizo también cambia pañales y deleita a sus familiares y amigos con sabrosas paellas. Pero reconoce que no se anima a limpiar el desastre que deja después de cocinar.Los hombres tucumanos van cambiando lentamente sus hábitos machistas. El ámbito familiar, que antes era terreno exclusivo de las mujeres empieza a ser prioridad para los varones.Tareas hogareñas tales como cocinar, lavar y planchar la ropa, asistir a reuniones del colegio de los hijos, cuidarlos o llevarlos al médico son tan sólo algunas de las actividades en las que la nueva masculinidad se manifiesta. “No se trata de imitar a las mujeres, sino de hacerlo a su manera, sin resignar a sus características varoniles”, señaló Amelia del Sueldo Padilla, sexóloga.
Cambio de roles“Esta tendencia muestra que los hombres han dejado de ser sólo proveedores económicos de la familia para cumplir un rol mucho más activo, sensible a las necesidades del hogar. Esto se debe a la mayor participación de la mujer en el ámbito laboral, lo que obligó a las parejas a dividir las tareas de la casa”, aseguró Manuel Andújar, psicoanalista.Hasta hace poco tiempo era sinónimo de debilidad ver a un hombre demostrar sus sentimientos o emociones. Ser fuerte y duro ante todo tipo de situaciones era una requisito impuesto para ser “macho”. En su libro “La masculinidad tóxica”, Sergio Sinay, especialista en vínculos humanos, desmitifica este paradigma y describe un modelo masculino tóxico que domina en la política, en los negocios, en el deporte, en los vínculos humanos y en las relaciones familiares. “El hombre debe salir de ese viejo rol machista que cree que todo lo puede. Esto no lo deja crecer y contamina tanto su vida como la de los que tiene alrededor”, explicó Sinay, en una entrevista con LA GACETA.Pero en la actualidad el varón se permite cada vez más mostrar lo que siente, compartir más tiempo con sus hijos y hasta disfrutar de una conversación con un amigo o con su pareja tanto como si estuviera viendo la final de un mundial de fútbol con una cerveza en mano. Mostrar el lado más sensible también tiene sus ventajas a la hora de seducir. “Cocinar es más que una simple tarea hogareña, es una poderosa arma de seducción”, comentó Martín Westphal, amante del arte culinario. Los especialistas aseguran que las mujeres sienten mayor atracción por aquellos que son capaces de desarrollar actividades que antes eran impensadas para los varones. “Que mi novio me cocine o verlo cuidar a su sobrina me da mucha ternura, me fascina”, contó Agostina Palacios, de 25 años.
Mucho machoMuchos hombres del siglo XXI son capaces de entender a su compañera, interesándose por sus gustos y preferencias, buscando estabilidad y plenitud emocional en la pareja más allá del placer.Sinay criticó a quienes creen que un hombre se mide por su rendimiento sexual. “No podemos pasar la vida haciendo demostraciones sexuales. Hay que aprender a mostrar lo que verdaderamente somos y lo que podemos dar”, sentenció el autor. Los hombres también le dan un espacio privilegiado a la salud. Se realizan controles médicos periódicos, se cuidan en las comidas, van al gimnasio, consumen productos cosméticos y hasta se animan a pasar por el quirófano para mejorar su estética.Los expertos coinciden en que este cambio de actitud se da con fuerza en varones jóvenes, especialmente de entre 25 y 40 años. Pero como todo proceso es paulatino: “No se puede hablar de un cambio general”, aseveró Sinay. “Es un proceso lento, que cada hombre debe transitar. “No todos tienen el valor para hacer aquellas cosas que antes estaban prohibidas socialemente para un hombre”, explicó el profesional. Además, advirtió que en gran medida es tarea de las mujeres facilitarles la inserción a los hombres en este nuevo mundo.

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