domingo, 1 de febrero de 2009

3.A favor de las diferencias


¿Qué opinas de este texto?













KANT: OBSERVACIONES ACERCA DEL SENTIMIENTO DE LO BELLO Y LO SUBLIME
(Resumen de la Sección Tercera)

En la Sección Tercera de este texto, cuyo título es “Acerca de lo sublime y de lo bello en la
relación recíproca de ambos sexos” se plantea Kant , como indica el título, las cualidades
específicas del hombre y la mujer: lo sublime y lo bello respectivamente.
“Cada sexo combina unas y otras (características) aún siendo de tal manera que todos los otros primores de una mujer deben agruparse únicamente para realzar el carácter de lo bello, que es su propio punto de referencia y, por otra parte se destaque claramente lo sublime entre las cualidades masculinas como la característica de su condición”
Esta diferencia es una diferencia natural. Prueba de ello es que…
“…ya en su infancia, las niñas disfrutan con ataviarse y se complacen con embellecerse. Son muy limpias y muy sensibles con respecto a todo lo que da asco… y esto a una edad en la que nuestra juventud masculina bien educada es todavía indómita, torpe y apocada”.
La inteligencia de uno y otro sexo es diferente.
“El bello sexo tiene sin duda también inteligencia como el masculino, sólo que es una inteligencia bella; la nuestra debe ser una inteligencia profunda, como expresión para significar lo mismo que sublime”.
Esta inteligencia bella, con la cual está dotada la mujer por naturaleza, podría evolucionar hacia una inteligencia profunda. En este caso el precio a pagar…
“Una reflexión profunda y un tratamiento largo y continuado son nobles pero pesados y no se corresponden bien con una persona en la que los atractivos naturales no deben mostrar otra cosa que no sea una naturaleza bella. Aprender un trabajo o cavilar con esfuerzo, aún cuando una mujer debiera progresar en ello, hacen desaparecer los primores que son propios de su sexo, y pueden convertirse en objeto de una fría admiración a causa de su rareza, pero debilita al mismo tiempo los encantos mediante los cuales ejercen ellas su gran poder sobre el otro sexo”.
Advierte Kant que es fundamental tener en cuenta las diferencias en las cualidades de uno y otro sexo en orden a la educación que deben recibir. Así, debe fomentarse en ellas las materias que desarrollen la sensibilidad como la pintura o la música, pero…
“…no en cuanto es arte, sino en cuanto manifiestan la sensibilidad, todo ello refina o realza el gusto de este sexo…No les conviene nunca una instrucción fría y especulativa, sí sensaciones en todo tiempo y precisamente de aquellas que se mantengan lo más cercanas posible a su relación con el otro sexo”
En consonancia con esto, las mujeres no deben estudiar ciencias.
“No tienen por qué llenarse la cabeza con batallas en Historia, ni con ciudades en Geografía, pues les sienta tan mal a ellas que hayan de oler a pólvora, como a los varones que huelan a almizcle”
Si estudian alguna ciencia, ello debe estar supeditado a destacar la belleza.
“Tampoco tendrán necesidad alguna de conocer sobre la estructura del Universo nada más que aquello imprescindible para hacerlas conmover el aspecto de una noche bella…”
El objeto de estudio propio de la mujer, dice Kant, es el hombre. Como ya supondréis no se refiere a un estudio teórico, una Antropología, sino a uno muy concreto…
“El contenido de la gran ciencia de la mujer es ante todo el ser humano y, entre los seres humanos, el varón. Su filosofía no consiste sutilizar, sino en sentir”.
En el ámbito de la moral consideraba Kant que una acción sólo es virtuosa si se hace “por deber”; es decir, porque consideramos que es nuestro deber realizar la acción y no por ningún otro motivo fuese o no egoísta. Pues bien, veamos las actitudes morales de uno y otro sexo.
“La virtud de la mujer es una virtud bella. La del sexo masculino debe ser una virtud noble. Las mujeres deben evitar el mal, no porque sea injusto, sino porque es feo, y las acciones virtuosas para ellas se consideran las que son moralmente bellas. Nada de deberes, nada de que es preciso, nada de obligatoriedad. A la mujer le resultan insoportables todos los mandatos y todas las presiones oscas”
La razón por la cual la naturaleza ha dotado a hombres y mujeres con cualidades opuestas es la atracción que ello genera.
“…por muchas vueltas que puedan darse en torno al misterio, la atracción entre los sexos está al fin y al cabo a la base de todos los demás atractivos, y siempre una mujer en cuanto mujer es el objeto agradable de una conversación de buenos modales”
“De esto hemos de inferir que los fines de la naturaleza tienden a ennoblecer aún más al hombre mediante la inclinación sexual y a embellecer aún más a la mujer precisamente por lo mismo. Una mujer no se preocupa gran cosa por no poseer ciertas inteligencias superiores, por ser tímida o por no estar impuesta para los negocios importantes, etc; es bella y conquista, eso basta. En cambio exige todas estas cualidades en el hombre y la sublimidad de su alma se muestra únicamente en que sabe apreciar estas nobles cualidades en la medida en que se encuentran en él…El hombre es, por otra parte, mucho más delicado con respecto a los bellos encantos de la mujer. Se considera resarcido de modo suficiente con su delicada figura, su jovial ingenuidad y su encantadora afabilidad, por la carencia de su instrucción literaria y de otras deficiencias que él ha de sustituir mediante sus propios talentos”
Estas cualidades opuestas son la causa no sólo de la atracción sino que están en la base de la unión matrimonial.
“En la vida matrimonial, la pareja unida debe constituir en cierto modo, una persona moral única, animada y regida por la inteligencia del hombre y por el gusto de la mujer”

No hay comentarios:

Publicar un comentario