jueves, 3 de marzo de 2011

DARWIN Y LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES

Es el título de un extenso e interesantísimo artículo escrito en la revista “Claves” (El calificativo de “interesante” no significa necesariamente que se esté expresando la auténtica verdad sobre un asunto sino que da que pensar). Su autor es José Adolfo de Azcárraga, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia.
En la clase de Filosofía de primero hemos estudiado el fenómeno del troquelado. Hace referencia a la fijación que se produce entre las crías recién nacidas y la madre. El fenómeno fue estudiado por Lorenz quien consiguió que gansos recién nacidos le siguieran ciegamente, creyéndolo su madre, porque había logrado que se fijaran a él poniéndose junto a huevos de ganso al eclosionar.
El autor del artículo piensa que este mecanismo no sólo se da en los animales sino en el ser humano, de forma tal que la cultura ambiente queda “fijada” en nuestros primeros años de vida, lo que explicaría la dificultad de comprensión entre hombres de culturas distintas y la dificultad de la convivencia entre ellos.
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… Puede resultar reconfortante pensar que los seres humanos estamos muy por encima de los procesos de impronta que condicionan el comportamiento de los gansos, pero no hay razón para ello: los mecanismos de fijación o apego no están limitados a las aves…
La impronta … produce fuertes vínculos que son en gran parte irreversibles. En el caso de los seres humanos hay ejemplos de apego incuestionables, como el que se da en los mamíferos entre padres –sobre todo madres- y descendientes, cuyo origen evolutivo es indudable: de no existir esa fijación filial, los recién nacido tendrían nulas posibilidades de sobrevivir… Los seres humanos tienen, además, inevitables fijaciones al entorno cultural, que se establecen en la primera parte de su vida…

EVOLUCIÓN Y CIVILIZACIONES
Puesto que las grandes culturas determinan las grandes civilizaciones, no es sorprendente que en un sentido amplio la Historia sea la historia de las civilizaciones… La cuestión ha vuelto a la actualidad hace algunos años tras el influyente ensayo del profesor de Harvard Samuel P. Huntington… La tesis de Huntington, según la cual los futuros conflictos serán resultado de choques entre fronteras culturales más que nacionales es, pues, consecuencia de la especial fijación de los seres humanos al entorno de los primeros años de su vida, que prácticamente determina la civilización a la que pertenecerán.
… El carácter casi irreversible de toda fijación, en este caso al entorno cultural, es la razón por la que los conflictos entre distintas culturas… tienen difícil solución, que no cabe buscar en cándidos voluntarismos o en una tan ingenua como vacía “alianza de civilizaciones”, sino en una educación liberal que eleve a los seres humanos por encima de su –literalmente- primitivismo congénito… Desgraciadamente, la impronta es automática, inevitable y prácticamente irreversible: por eso chinos, hindúes o europeos lo son –y al cabo de pocos años- para el resto de sus vidas…
… conviene recordar que, al margen de la vinculación a su correspondiente cultura, los seres humanos tienen múltiples identidades: nacionalidad, residencia, sexo, lengua, ideas políticas, profesión, aficiones y otras. Y sólo una identidad importante: su condición de seres humanos.
… resulta evidente el camino a seguir para evitar ese choque de civilizaciones: no hay que hacer énfasis en la adscripción mono-dimensional a una civilización, puesto que la acentúa, sino en las muchas y variadas identidades que poseen los seres humanos y que diluirían la impronta cultural, rebajando así el riesgo de conflicto…
… Lo que es preciso reconocer es que, dado su origen biológico, esas improntas son de lo más primitivo –por tanto más irracional- de nuestro ser. Este hecho debe prevenirnos contra los peligros de aceptar esas vinculaciones –sean culturales o de otro tipo- como universales, simplemente por ser las nuestras, admisión que inevitablemente nos condenaría a chocar con grupos de otras improntas no menos universales… Las improntas pueden ser diferentes, pero el mecanismo que las produce –la fijación biológica a un determinado entorno- refleja la base irracional de todas ellas. De ahí la importancia de la educación abierta, del imprescindible aprendizaje que ensancha nuestros horizontes y nos permite apreciar otras identidades o puntos de vista e, incluso, cambiar el nuestro: el primitivismo biológico de nuestra naturaleza no es tolerante, pero la educación liberal puede enseñarnos a serlo…
… la única forma de superar la tiranía de nuestra naturaleza es reconocerla: todo ser humano que se precie debería ser consciente de sus limitaciones…
… no puede entenderse el mundo de los seres vivos, hombres y mujeres incluídos, al margen de la evolución…

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