lunes, 27 de diciembre de 2010

MESA REDONDA

A mis colegas les hubiera gustado decir muchas más cosas de las que expusieron en la mesa redonda sobre el velo islámico. Dado el tiempo del que disponían no fue posible. Yo, en cambio, salí muy satisfecho, pues el temor que tenía, a saber, que no se hablase más que del velo, desapareció desde las primeras intervenciones de los alumnos. Habéis comprendido perfectamente cuál es el sentido y finalidad del debate: la posibilidad o no de una ética universal, la posibilidad o no de la convivencia, sobre la base de unos valores comunes a todos los hombres, con independencia de la cultura y sociedad a la que pertenezcan.
Los optimistas, los que piensan que sí es posible, lo tienen muy difícil, porque estamos asistiendo a un resurgimiento religioso de carácter agresivo. En este sentido, os reproducía en una entrada anterior un artículo sobre la persecución de que están siendo objeto los cristianos. Y como se puso de manifiesto en el acto del otro día, las religiones son una pieza fundamental para el buen entendimiento entre los hombres.
Sigo muy de cerca, principalmente a través de la prensa, las noticias relacionadas con el tema. En concreto, las violaciones de derechos humanos que se producen aquí y allá. Las condenas a muerte por lapidación que se producen en Irán, (en aplicación de la ley islámica), la mutilación genital femenina, el encarcelamiento de personas por motivos políticos… Y todo ello justificándose desde las particularidades propias de cada cultura.
¿Es inviable la democracia en sociedades no occidentales? Es la cuestión que hoy os planteo a través de un artículo del ABC que firma Guy Sorman. Con ocasión de la concesión del premio Nóbel de la Paz al chino Liu Xiaobo, expone el autor su firme convicción de que el pensamiento democrático no es ajeno a la tradición china.
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… El Partido trataba de persuadirnos de que los chinos solo aspiraban al desarrollo económico, de que alababan al régimen por la tasa de crecimiento, que no deseaban la democracia y que esta idea era occidental y ajena a la civilización china. Sin embargo, Liu Xiaobo lleva 20 años diciendo lo contrario y es totalmente chino: no es un invento de Occidente, sino un ilustrado clásico, arraigado en una tradición china de resistencia a la tiranía. La propia valentía de Liu Xiaobo y de su mujer Liu Xia se enmarca en la continuidad confucionista: antaño el ilustrado prefería suicidarse a ejecutar una orden injusta…
Si bien Liu Xiaobo está familiarizado, como lo están los intelectuales chinos desde hace dos siglos, con el pensamiento occidental, y aunque se ha inspirado a menudo en las formas de resistencia occidentales, no es un producto de Occidente… Liu Xiaobo fue designado por la comunidad intelectual democrática de Pekín, como el más representativo de todos: el jurado del Nóbel se ha sumado a la decisión tomada en la propia Cina …
… La mayoría (de los chinos) no mantienen una retórica elaborada sobre las instituciones de la democracia, pero constantemente, fuera del Partido incluso dentro de su propio seno, se reclama la libre elección de los dirigentes, con la esperanza de contener la arrogancia del Partido Comunista y la corrupción de sus representantes. Más que democracia clásica lo que reclaman los chinos, y simboliza Liu Xiaobo, es la justicia: la justicia como sentimiento moral. El mensaje que Liu Xiaobo ha hecho llegar a los chinos y al mundo a través de Liu Xia, que pudo reunirse con él en la cárcel, es extraordinariamente significativo: les dedica su premio (y la suma que lleva aparejada) a “las almas olvidadas” de Tiananmen.
… el mensaje de Liu Xiaobo se dirige también a Occidente. Nos dice: “Dejen de confundir al Partido Comunista con el pueblo chino… sepan que… compartimos los mismos valores y que aspiramos exactamente a las mismas libertades que los occidentales”. Unos días antes del anuncio del premio Nóbel Liu Xia me decía en Pekín: “Los disidentes chinos somos como los judíos en la Alemania nazi: nos persiguen, nos amenazan de muerte y los occidentales no os percatáis de ello. Cuando hayamos desaparecido todos, será demasiado tarde para que os preguntéis qué nos ha sucedido y por qué no habéis intervenido antes”…
Diario ABC, 11 de diciembre de 2010

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