lunes, 18 de octubre de 2010

MUCHAS DUDAS Y ALGUNA SOSPECHA

Es el título de un artículo de opinión que firma Gabriela Cañas, publicado en El País el 30 de abril de 2010. Comenta su autora el caso de la alumna musulmana que fue expulsada del centro en el que estudiaba por llevar el hiyab (velo islámico). Como vais en leer en el resumen, Gabriela Cañas argumenta en contra de su uso en la escuela.

… Este asunto levanta pasiones... La cuestión es que el hiyab informa acerca de la identidad y las creencias religiosas de unas menores. Es una prenda que tiene su origen en los textos sagrados, que aluden a ella como símbolo de sometimiento al varón, y que marca sólo a las niñas (nunca a los niños), especialmente cuando adquieren su plena capacidad reproductiva. ¿Qué hay de malo en ello?, se argumenta. ¿A quién hacen daño esas niñas veladas? En principio, a nadie. Yo tuve que usar velo en misa cuando de pequeña iba a un colegio de monjas. Eso tampoco hacía daño a nadie. Ahora siento que fui sometida a una costumbre de connotaciones religiosas y machistas que considero injusta, además de ridícula e incómoda.
Se alega que se debe garantizar el derecho a la educación de la joven, pero nadie se lo está negando. Sólo se le está pidiendo que, en clase, cumpla las normas como el resto...
La libertad religiosa de Najwa y su familia también está garantizada. O debe estarlo. Nadie les niega el derecho a profesar su credo y a usar el hiyab; salvo que éste lo lleven a clase.
Percibo en todo este debate un cierto sentimiento de culpa hacia otras culturas. Es cierto que nuestro pasado colonialista y nuestro presente xenófobo no son las mejores cartas credenciales, pero nos hemos dotado de leyes y pautas de convivencia que han profundizado en la laicidad del Estado y, sobre todo, en la liberación femenina.
Es chocante tanta timidez a la hora de pedir que en nuestro suelo, se acaten nuestros principios. La igualdad es uno de ellos. Así que resulta difícil explicarle a Najwa que apoyamos la igualdad mientras hacemos excepciones con ella con una prenda que la marca de manera inequívoca y discriminatoria en la escuela pública....
...¿hay que regular el hiyab en las escuelas públicas? ¿Incluso prohibirlo? A lo mejor sí. Pero si, tras una reflexión serena, se decidiera en tal sentido, entonces, con carácter previo, reformemos la Ley de Libertad Religiosa y revisemos el acuerdo con la Santa Sede, profundicemos en la laicidad y pongamos coto a tanta ostentación de símbolos católicos en nuestra vida oficial y pública. Símbolos de una creencia religiosa, por cierto, que como la musulmana favorece tan escandalosamente la discriminación de la mujer. No es de extrañar que hasta la Conferencia Episcopal haya defendido el hiyab.
Por todo ello, frente a la defensa de la total tolerancia al velo, me surgen tantas dudas y me asalta la sospecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario